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EXPERIENCIA H-D
EL LARGO CAMINO HACIA EL NORTE
 
Un hombre, una Pan America™, un largo viaje de aventura hasta el punto más al norte de Europa. Erwan Moreau nos habla de su épico viaje...
Me dije a mí mismo: “¡Un día me llegará la oportunidad y lo haré!”


Este año pude por fin cumplir mi tan ansiado sueño: viajar en moto hasta el punto más septentrional de Europa, Nordkapp (Noruega), desde mi casa en Badalona, cerca de Barcelona (España). Irónicamente, las restricciones y limitaciones provocadas por la pandemia de COVID-19 fueron un factor clave que me permitió encontrar mi libertad y perseguir mi sueño.

Llevaba muchos años pensando en hacer un viaje de este tipo, y este sueño se reavivaba de nuevo cada vez que leía relatos de viajes en The Enthusiast®, veía programas como la serie “Long Way” o seguía blogs de viajeros en moto. Cada vez que veía o leía esas historias, me decía a mí mismo: “¡Esto es lo que necesito en mi vida! ¡Un día me llegará la oportunidad y lo haré!”

En septiembre de 2020, con la movilidad en el sur de Europa todavía muy afectada por la situación actual, decidí que era hora de dejar de soñar y empezar a actuar, planificando mi ruta ideal para llegar al Cabo Norte, el punto más septentrional de Europa al que se puede llegar en moto o en coche. Ese objetivo fue también el inicio del descubrimiento de las maravillas no solo de Noruega, sino también de todas las demás carreteras que quería recorrer por el camino. Poco a poco, mi mapa de Europa se llenó de chinchetas que mostraban los lugares que quería ver, y tras enlazarlos todos se creó mi “Ruta a Cabo Norte” perfecta.  





Llegó el verano de 2021, y la movilidad restringida seguía afectando a mi negocio. Dirijo una agencia internacional de modelos, y desgraciadamente, las restricciones ralentizaban mi trabajo. Había que tomar una decisión. En mi mente no había ninguna duda: ya que el trabajo no iba tan bien, era el momento perfecto para realizar la ruta de mis sueños. Así que en lugar de preocuparme por mi negocio, tuve una charla con mi querida esposa acerca del viaje. No fue una conversación fácil, dado que el viaje llevaría más tiempo del que ella tenía disponible por vacaciones, aceptó que viajara solo.  

Por fin había llegado el momento tan esperado. Pero, como en todos los planes mejor trazados, surgió un imprevisto. La idea original era pilotar mi querida Street Glide® Special 2016, pero en febrero de 2021 ocurrió algo inesperado: la presentación de la nueva Pan America™. Para ser sincero, ni siquiera sabía que Harley-Davidson estaba desarrollando una moto de aventura de gran cilindrada, así que me sorprendió ver el evento de lanzamiento promocionado en sus redes sociales. Me enganché enseguida... de hecho, ¡me enamoré! Dos días después estaba en mi concesionario de Barcelona, haciendo el pedido de una Pan America Special sin ni siquiera esperar a que llegara la primera unidad para poder probarla. ¡Tenía claro que la moto iba a ser absolutamente genial!  

Así que, tras ser uno de los primeros clientes de Europa en recibir su Harley-Davidson Pan America, a mediados de junio había completado mis primeros 1600 km y la moto había pasado ya su primera revisión. Después de pasar un par de semanas de vacaciones con mi mujer, estaba listo para emprender mi tan esperada ruta hacia Cabo Norte. Decidimos que el 3 de agosto de 2021 sería mi día de salida. Fue un momento emocionante porque, además de cumplir mi sueño, esperaba que este viaje me ayudara a curarme de los sentimientos de ansiedad y estrés que había experimentado durante el año anterior, como tanta otra gente.





La idea de dejar a todo el mundo atrás durante más de veinte días era, como mínimo, difícil. Empecé a tener dudas sobre el hecho de viajar solo durante tantos días, tan lejos de casa. ¿Debía irme después de todo, o debía quedarme? Sabía en el fondo de mi alma que si me quedaba, nunca me perdonaría haber perdido la oportunidad de hacer este viaje único en la vida. Así que, tras casi un día entero de retraso, a las 19h30 me subí a mi Pan America y empecé a vivir los mejores momentos de mi vida.  

Cuando regresé, 24 días y casi 12.000 km después, había cruzado Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega. Había rodado entre niebla, viento, lluvia, tormentas y sol. Había sentido frío, calor, miedo, hambre y fatiga, pero también había derramado lágrimas de alegría. Había vivido muchas emociones y sentimientos, ¡pero sentir es estar vivo!  

Muchos recuerdos de ese viaje se quedarán conmigo para siempre. ¿Cómo podría olvidar rodar por la famosa B500 que atraviesa la Selva Negra en el sur de Alemania? Esperaba una pequeña carretera lenta y me sorprendió descubrir que, en cambio, era una carretera rápida ideal para el pilotaje deportivo, que aproveché activando el modo de pilotaje “Sport”. El mayor empuje del motor fue instantáneo y sentir los cambios de inclinación a izquierda y derecha siguiendo la carretera fueron sublimes. Disfruté de todos y cada uno de los metros de la ruta. Hasta ese momento había tenido que rodar principalmente bajo la lluvia, ¡así que puedo decir que cada rayo de sol en esa hermosa carretera era pura felicidad!

Por fin llegó el 11 de agosto, junto con el destino de mi viaje: ¡Nordkapp estaba ya a la vista! Este momento quedará marcado para siempre en mi memoria. Había llegado a la 1h30 de la madrugada, tras lo que me pareció una trayecto desesperadamente lento a causa de la niebla: no podía ver más de tres metros delante de mí. De repente, ahí estaba: el famoso cartel a mi derecha y, un poco más allá, el monumento del globo terráqueo al borde del acantilado. La sensación de estar por fin allí fue muy intensa. Me cayeron lágrimas de felicidad, y mis gritos de alegría desde el interior de mi casco solo se vieron atenuados por el espesor de la niebla. Me quedé allí un rato, en completo silencio, y fue surrealista ver como seguían llegando otros motoristas a este lugar de peregrinación a tan altas horas de la noche, cómo fantasmas de la niebla. ¡No era el único loco!  

Me quedé un par de noches en la isla de Magerøya, donde se encuentra el Cabo Norte, disfruté conociendo a la gente local y a todos los demás motoristas llegados de todos los rincones de Europa para después comenzar mi viaje de vuelta a lo largo de la hermosa costa noruega.  





¿Qué fue lo más destacado del viaje? Aparte de la majestuosidad de Nordkapp en sí, y esa magnífica carretera de la Selva Negra, elegiría la isla de Senja, situada muy por encima del Círculo Polar Ártico. Es uno de los mejores lugares por los que he rodado. Es como viajar por los picos de los Alpes, pero en lugar de tener lagos a tu lado, tienes el mar. Atravesar los diferentes fiordos situados en el suroeste de Noruega, con sus valles marítimos y puertos de montaña, fue de infarto, sobre todo el legendario, impresionante (y francamente aterrador) Trollstigen, el puerto de montaña más famoso de Noruega. Las islas Lofoten también eran impresionantes, con playas de arena blanca respaldadas por majestuosos acantilados. Y en cuanto a la Carretera del Atlántico: esos 10 kilómetros al borde del océano Atlántico fueron un momento especialmente alegre de mi viaje.  

¿Y qué decir de la nueva Pan America? Es una bestia. Estoy muy contento con ella, se ha comportado muy bien y se ha tomado todo con calma. Diría que la mejor característica de la moto es su potente motor, o las increíbles suspensiones con sus diferentes modos de pilotaje. Y el asiento es muy cómodo. Echo de menos los viejos sonidos de escape de mis anteriores Iron 883™ y Street Glide Special, pero es que la Pan America es un estilo muy diferente de moto.  

¡Qué viaje...! ¿y qué mejor sensación que poder hacerlo en una Harley®? Este viaje ha cambiado mi vida. En muchos sentidos no quiero volver a la oficina y a la vida normal, sino pasar el resto de mis días piloteando mi Harley-Davidson® y compartiendo mis experiencias de viaje con el mundo. ¿Es un sueño imposible......?




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